Esta bebida, incluida en la Lista Representativa de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Nación, está en la mira del gobierno para que sea declarada como patrimonio cultural inmaterial por parte de la Unesco.
El viche es una bebida fermentada tradicional hecha a partir de la caña de azúcar. De acuerdo con Maura de Caldas, reconocida cocinera y embajadora de la cocina del Pacífico, la bebida se puede hacer con caña morada, dulce o blanca. La caña de azúcar se corta cuando está cruda y el jugo que sale es destilado artesanalmente. A ese líquido después se le agregan otros ingredientes, para hacer distintas variedades del viche, como el Curao, Arrechón o Tomaseca. El viche Curao, por ejemplo, se prepara con menta o manzanilla.
Esta bebida se ha producido por cientos de años por las comunidades afrocolombianas del Pacífico. El viche ha sido reivindicado por estas comunidades como una expresión cultural, ya que -aseguran- tiene funciones medicinales y está presente en distintos espacios, como la partería y en los velorios. Dimas Orjuela, líder de la Asociación de Productores y Transformadores del Viche del Pacífico Colombiano (ASOPTVIPCOL) y miembro del Colectivo Destila Patrimonio, le indicó a El Espectador que también se utiliza en la medicina ancestral, para curar picaduras de serpiente, entre otras cosas.
La producción de esta bebida se concentra en los departamentos del Valle del Cauca, Cauca, Nariño y Chocó, y su comercialización principal se da durante el Festival Petronio Álvarez, en Cali, a donde asisten cientos de turistas nacionales y extranjeros.
| Original publicado en El Espectador – «Así se hace el Viche, licor artesanal del Pacífico que es patrimonio cultural».
